Del YO al NOSOTROS: del don recibido al don compartido

20.06.2024

Artículo de Antonietta Mongiò sobre el encuentro del 1 de junio de 2024,
 con la participación de la Profesora Marinella Perroni.

El 1 de junio, miembros de 41 Familias Carismáticas se reunieron en la Casa de La Salle para vivir una jornada de intercambio y convivencia.

La jornada fue preparada por la Asociación de Familias Carismáticas en Diálogo que, desde hace más de diez años, a través de su Comité Ejecutivo, está al servicio de quienes emprenden un camino de comunión (juntos, consagrados y laicos) en torno a su carisma específico para ser Familia Carismática. Las jornadas (dos al año) representan una extraordinaria oportunidad para el debate, la escucha y el don mutuo; una mesa sinodal a la que cada uno acude llevando como don la experiencia de su propia Familia Carismática, y de la que vuelve enriquecido con la de todos los demás.

La parte central del encuentro fue, tras la oración inicial de invocación al Espíritu, la intervención de la teóloga Marinella Perroni, sobre el tema: "Del yo al nosotros: tejer relaciones de comunión constantemente abiertas a la iniciativa del Espíritu". La relectura de algunos pasajes del Antiguo y del Nuevo Testamento ofreció muchos y ricos puntos de reflexión sobre la acción constante y siempre nueva del Espíritu, sobre la fidelidad creativa y sobre la necesidad de responsabilidad de cada uno en el proceso de crecimiento de la Familia Carismática. Se prestó especial atención a la transición del "yo" al "nosotros", que puso de relieve algunos elementos importantes de forma orgánica y razonada, incluidos los peligros y ambigüedades posibles en el camino hacia el "nosotros", también dentro de la Familia. 

Las mesas de trabajo profundizaron en los diversos puntos del tema principal, a través de la experiencia concreta de las diversas Familias presentes. En la Familia Carismática, la custodia del carisma-don es una responsabilidad compartida entre laicos y consagrados respecto a la propia vocación e identidad. La participación en el Carisma, en los diferentes estados de vida, es una riqueza, es un don que el Señor nos hace, para ser vivido como tiempo de Gracia. Es un desafío, pero también una gran oportunidad. Caminar juntos hoy, consagrados y laicos, no es una necesidad para llenar vacíos o suplir ausencias, sino que es la única respuesta verdadera a una llamada, a una vocación. Lo que vemos hoy, y que nos da tanta esperanza, es quizá sólo una pequeñísima parte de los frutos posibles, de lo que podremos ofrecer al mundo, y que se realiza si hay un clima de confianza, de diálogo, de perdón. Si nos comprometemos en nuestras relaciones, no sólo a nivel personal, sino entre los diversos componentes de nuestra propia Familia y con otras Familias Carismáticas, si acogemos al Espíritu Santo que nos hace ir más allá de las heridas de nuestras propias historias, surgirá algo nuevo, mucho más hermoso de lo que podemos imaginar..

El camino continúa; desde 2014 hasta hoy se han dado pasos, todos se han comprometido, en el Comité Ejecutivo de la Asociación, como han podido, encontrando el tiempo, aunque sean directores generales o miembros de consejos generales, precisamente porque hay un deseo de vivir y construir la Familia Carismática, signo de los tiempos, que nos atrae y nos motiva en profundidad a participar y ser protagonistas.

Por el Comité Ejecutivo
 Antonietta Mongiò, COMI
 Familia Mazenodiana

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